La descripción clásica del infarto es un dolor opresivo en el centro del pecho irradiado a brazos (sobre todo el izquierdo), cuello y espalda. Debido a estas diferencias subjetivas de los síntomas, los sanitarios tienen la obligación de que, ante todo malestar que ocurra de cintura para arriba, realizar un electrocardiograma que revelará si el corazón está sufriendo.
Los síntomas habituales son:
- Dolor torácico intenso y prolongado, que se percibe como una presión intensa y que puede extenderse a brazos y hombros (sobre todo izquierdos), espalda e incluso dientes y mandíbula. El dolor se describe como un puño enorme que retuerce el corazón. Es similar al de la angina de pecho, pero más prolongado y no cesa aunque se aplique un comprimido de nitroglicerina bajo la lengua.
- Dificultad para respirar.
- Sudoración.
- Palidez.
- Mareos en el diez por ciento de los casos.
- Otros: Pueden aparecer náuseas, vómitos y desfallecimiento.
Sin embargo, Los síntomas del infarto agudo de miocardio y la percepción de estos se presentan de diferente modo dependiendo del sexo de la persona que lo sufra. Existen diferencias significativas entre hombres y mujeres relacionadas con el infarto.
Las mujeres presentan síntomas muy variados que hacen más difícil el diagnóstico de infarto en ellas. Los síntomas más comunes son la fatiga inusual, la dificultad respiratoria, el sudor frío o el dolor epigástrico (dolor en la parte media superior del abdomen entre las costillas y el ombligo). Los días previos pueden sufrir insomnio, ansiedad o debilidad.
2) CAUSAS.
La principal causa del infarto de miocardio es la obstrucción de las arterias coronarias. Para que el corazón funcione correctamente la sangre debe circular a través de las arterias coronarias. Sin embargo, estas arterias pueden estrecharse dificultando la circulación.
Si el corazón se expone a un sobreesfuerzo pueden aparecer trastornos y formar un coágulo que, a su vez, puede tapar una arteria semiobstruida. Esta obstrucción, interrumpe el suministro de sangre a las fibras del músculo cardiaco. Al dejar de recibir sangre estas fibras mueren de forma irreversible. El infarto de miocardio ocurre cuando un coágulo de sangre (trombosis coronaria) obstruye una arteria estrechada. Normalmente el infarto de miocardio no sucede de forma repentina. Puede llegar causado por la aterosclerosis (endurecimiento de las arterias por la acumulación de grasas y colesterol, que puede restringir el flujo de sangre), un proceso prologado que estrecha los vasos coronarios.
Existen factores que pueden acelerar que las arterias se deterioren y propiciar que se obstruyan, como el tabaco, el colesterol, la hipertensión y la diabetes. En la actualidad han aumentado los infartos de miocardio en jóvenes en España ligado al consumo de drogas, especialmente de cocaína.
3) DIAGNÓSTICO.
La prueba más sencilla, evidente y eficaz es el electrocardiograma. Sin embargo, si por ejemplo el paciente tiene una crisis de angina de pecho y consulta al médico entre dolor y dolor, el electrocardiograma puede ser normal. En esas circunstancias, se pueden realizar otras pruebas, como la de esfuerzo, para ver si cuando someten al corazón a un esfuerzo se producen alteraciones en el electrocardiograma.
Las principales pruebas diagnósticas que se realizan son:
Electrocardiograma
Es la prueba fundamental para diagnosticar el infarto agudo que, además, permite analizar su evolución. Durante el electrocardiograma se mantiene monitorizado en todo momento al paciente.
La prueba revela una representación gráfica de las fuerzas eléctricas que trabajan sobre el corazón. Durante el ciclo cardiaco de bombeo y llenado, un patrón de pulsos eléctricos cambiantes refleja exactamente la acción del corazón. Esta prueba es indolora y suele realizarse con el paciente estirado y tranquilo, excepto cuando se hace durante una prueba de esfuerzo.
El electrocardiograma sólo detecta alteraciones en el momento en que se produce el dolor. Con posterioridad, se emplea únicamente para confirmar o descartar si se ha producido daño en el corazón.
Análisis de sangre
A través de un análisis de sangre se puede detectar el aumento de la actividad sérica de determinadas enzimas que se liberan dentro del torrente sanguíneo a causa de la necrosis que se produce durante el infarto.
Para dar este dato con seguridad, los valores enzimáticos se toman por series durante los tres primeros días. Los valores máximos de estas enzimas presentan una correlación discreta con la extensión de la necrosis, aunque también se deben tener en cuenta otros factores que influyen en su grado de actividad. En definitiva, se trata de un cálculo de valores complejo.
Por otra parte, también se obtienen parámetros interesantes para el pronóstico, como el nivel de colesterol, los niveles de glucosa (la diabetes aumenta el riesgo de cardiopatia) y de hormonas tiroideas (un tiroides hiperactivo puede producir alteraciones cardiacas).
Prueba de esfuerzo
Se puede hacer sobre una bicicleta estática o una cinta rodante. En la prueba el especialista colocará electrodos en el cuerpo del paciente, para registrar de forma continua el electrocardiograma, y un manguito de tensión.
Mientras el paciente pedalea o anda por la cinta rodante, el médico que supervisa la prueba observará los cambios de tensión arterial, pulso y trazado del electrocardiograma. La prueba se completa en media hora y se e abandona si aparecen cambios que sugieran enfermedad en los parámetros observados o si el paciente no la tolera físicamente, por agotamiento o por dificultad para respirar.
Estudios isotópicos
Estos estudios están asociados a la prueba de esfuerzo y consisten en el análisis del corazón con isótopos. Durante el ejercicio sobre la bicicleta o sobre la cinta rodante se inyecta una pequeña dosis de isótopo radiactivo en la vena. Mientras, un dispositivo especial registra una serie de imágenes de las localizaciones del isótopo en el corazón (las áreas oscuras indican las partes donde no llega bien el flujo de sangre).
El punto negativo de esta prueba es que los isótopos no dan información sobre la arteria bloqueada en concreto. Existen diferentes modalidades de exploración isotópica: la escintigrafía, que aumenta la sensibilidad y la especificidad de la prueba de esfuerzo en varones; la ventriculografía, que permite determinar con gran rapidez los volúmenes ventriculares y detectar zonas de movilidad anormal a causa de la isquemia, muy útiles de cara al pronóstico; y la gammagrafía, que puede detectar defectos en la expansión o contracción de la pared del corazón, señal de que las arterias no transportan la suficiente cantidad de sangre oxigenada a la zona.
Cateterismo cardiaco y coronariografía
Es la técnica más adecuada para determinar la posible presencia y extensión de cardiopatía isquémica (enfermedad ocasionada por la arteriosclerosis de las arterias coronarias, es decir, las encargadas de proporcionar sangre al músculo cardíaco (miocardio).
La coronariografía permite determinar la localización y grado de obstrucción de las lesiones arteriales coronarias que puedan haberse producido. No puede realizarse cuando el paciente presenta trastornos de coagulación, insuficiencia cardiaca o disfunción ventricular.
4) TRATAMIENTO.
En el instante en que el paciente tenga la sospecha de que presenta algunos de los síntomas ya descritos debe avisar inmediatamente a los servicios de emergencias y posteriormente pueden tomar una aspirina (tiene un efecto antiplaquetario que inhibe la formación de coágulos en las arterias).
El electrocardiograma marcará el tipo de tratamiento. Así, si se produce un infarto con elevación del ST, los médicos activarán todos los mecanismos para intentar abrir esa arteria lo antes posible. En caso de que el infarto no tenga elevación del ST, el médico tendrá que estudiar cómo está la anatomía coronaria, la capacidad de bombeo del corazón, decidir si conviene realizar una coronariografía y actuar en consecuencia, ya sea a través del mismo catéter o indicando una cirugía.
La siguiente parte del trazado es una sección corta descendente conectada con una sección alta ascendente. La misma se denomina onda o "complejo QRS". Esta parte indica que los ventrículos (las dos cavidades inferiores del corazón) se están estimulado eléctricamente (despolarizando) para bombear la sangre hacia fuera. El siguiente segmento plano corto ascendente se llama "segmento ST". El segmento ST indica la cantidad de tiempo que transcurre desde el final de una contracción de los ventrículos hasta el comienzo del período de reposo (repolarización). La siguiente curva ascendente se denomina "onda T". La onda T indica el período de recuperación o repolarización de los ventrículos.
Es necesario que el paciente siga un tratamiento médico de por vida. Estos tratamientos están indicados para facilitar la cicatrización, disminuir el trabajo del corazón para que pueda funcionar adecuadamente y evitar que se produzcan nuevos infartos. Se deben controlar todos los factores de riesgo cardiovasculares para evitar que la enfermedad coronaria continúe progresando y, si progresa, que lo haga lo más lentamente posible.
En el hospital, los pacientes pueden recibir distintos tipos de tratamientos:
- Oxígeno: Suele ser la primera medida que toman los facultativos en el hospital y en la propia ambulancia.
- Analgésicos: En las situaciones en las que el dolor torácico persiste se administra morfina o fármacos similares para aliviarlo.
- Betabloqueantes: Impiden el efecto estimulante de la adrenalina en el corazón. De esta forma, el latido es más lento y tiene menos fuerza, por lo que el músculo necesita menos oxígeno.
- Trombolítico: Disuelven los coágulos que impiden que fluya la sangre. Para que sean eficaces deben administrarse en la hora siguiente al inicio de los síntomas y hasta las 4,5 horas aproximadamente.
- Antiagregantes plaquetarios: Este tipo de fármacos, como por ejemplo la aspirina, impiden la agregación plaquetaria en la formación de los trombos.
- Calcioantagonistas. Son bloqueadores de los canales del calcio. Impiden la entrada de calcio en las células del miocardio. De esta forma disminuye la tendencia de las arterias coronarias a estrecharse y posibilitan que el corazón trabaje menos, por lo que descienden sus necesidades de oxígeno. También reducen la tensión arterial.
- Nitratos. Disminuyen el trabajo del corazón. En la fase aguda de un ataque al corazón suelen usarse por vía venosa y/o sublingual.
- Digitálicos. Estimulan al corazón para que bombee la sangre.
Otros tratamientos:
- Bypass coronario. La intervención consiste en seleccionar una sección de una vena o arteria de otra parte del cuerpo para unirla a la arteria coronaria por encima y por debajo del área bloqueada. Así se genera una nueva ruta o puente por la que puede fluir la sangre al músculo cardiaco.
- Intervención coronaria percutánea. El objetivo es abrir la luz de la arteria bloqueada. El especialista determinará el vaso infartado con un angiografía inicial y posteriormente realizará una angioplastia con balón del segmento trombosado pudiendo a la vez implantar un stent (los stents son dispositivos con forma de muelle que ayudan a corregir el estrechamiento de las arterias, tanto de las arterias coronarias del corazón como de arterias o venas de otras regiones del cuerpo (aorta, arterias de las piernas, venas del tórax…).. En algunas ocasiones pueden extraer el trombo con un catéter aspirador.
5) PRONÓSTICO
La mejora de la enfermedad está supeditada a la obesidad que también repercute negativamente en otras, como la hipertensión arterial y la diabetes. La obesidad es uno de los problemas más importantes que hay en la actualidad. El aumento de la incidencia ya se ve tanto en los grupos de edades infantiles, como en los juveniles y en los adultos. Esta patología aumenta la tensión arterial, la diabetes, los índices de colesterol y, por sí misma es un factor de riesgo. A pesar de que con todos los tratamientos vamos mejorando el pronóstico de vida del infarto, factores como la diabetes provocan que se produzcan los infartos a edades más tempranas.
El pronóstico de un infarto de miocardio es peor en mujeres que en hombres. Un porcentaje mayor fallece antes de llegar a un hospital (52% frente al 42% en los hombres) y el pronóstico es también peor tras la hospitalización. Varios factores pueden explicar este peor pronóstico. Las mujeres tienden a presentar enfermedad coronaria aproximadamente 10 años más tarde que los hombres, por lo que suelen tener mayores comorbilidades (enfermedad renal, osteoarticular, anemia…). Además, las mujeres suelen consultar con mayor retraso, tardan más en ser diagnosticadas al presentar síntomas atípicos y, según las investigaciones realizadas, reciben tratamientos menos agresivos que los hombres. Por otro lado, durante la hospitalización, las mujeres tienden a presentar mayores complicaciones como insuficiencia cardíaca, ictus o necesidad de transfusiones.
El conocimiento sobre la enfermedad está aumentando aunque sigue matando sin que en muchos de los casos los médicos puedan hacer nada. Todavía hay un porcentaje elevado de pacientes que se mueren antes de llegar al hospital y, este porcentaje aumentará con los factores de riesgo que no se controlan.